sábado, 22 de septiembre de 2007

EN SU BRAZO PODEMOS PONER NUESTRA ESPERANZA (Is. 51:5)

¿No les parece lindo saber que en momentos de prueba, el cristiano no tiene nada en la tierra en quien confiar tan sólo en Dios? Cuando sentimos que ya nada tiene sentido para nosotros, cuando vamos a la deriva y todo nos da igual podemos sentir en esos momentos más que nunca el amoroso cuidado de nuestro Padre Dios.

Algunas veces, sin embargo, nos dejamos llevar por cosas tan vanas perdiendo así la comunión con Dios. A veces hasta los amigos nos pueden servir de distracción cuando estamos en momento de prueba. Puede que nos suceda como a Job, que cuando todo nos va mal, los amigos nos reprochen que seamos culpables de algo que ni sabemos, que reneguemos contra Dios y así Satanás pueda cumplir su cometido. Bueno pues cualquiera sea la situación, podemos reposar con plena confianza en los brazos del Señor, el que jamás nos va a abandonar ya que todo lo que nos pase tiene como objetivo llevarnos cada vez mas cerca a Cristo.

Y ahora que sólo a Cristo, debemos poner nuestra plena confianza en él. No sea que deshonremos a nuestro Padre mediante la desconfianza o dudas en él.

¡Seamos pues valientes y demostrémosle al mundo lo mucho que vale nuestro Dios, nuestro único y mejor ayudador! ¡Mostrémosle a los fuertes cuan fuertes somos nosotros en nuestra debilidad porque nuestro respaldo y refugio es Cristo!

¡Así que, glorifiquemos a Dios en nuestra debilidad y exaltemos su poder en medio de nuestras dificultades! ¡Demostremos que Dios es nuestro mejor Consolador!




No hay comentarios:

googlea0c051ee0262d0f6.html