viernes, 8 de octubre de 2010

LAS APARIENCIAS ENGAÑAN



    Devocional: 1 Corintios 10: 1-5
"Pablo presenta los impecables antecedentes de los hijos de Dios en el desierto. Ellos habían experimentado con toda claridad la guía de la mano de Dios y fueron testigos de la milagrosa liberación al cruzar el mar. Aparentemente no necesitaban de otras manifestaciones, podían decir que Dios estaba con ellos, por afuera todo bien ¿y por dentro?"





     “Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.”
                1 Corintios 10:1-5


Pablo presenta los impecables antecedentes de los hijos de Dios en el desierto. Ellos habían experimentado con toda claridad la guía de la mano de Dios y fueron testigos de la milagrosa liberación al cruzar el mar. Aparentemente no necesitaban de otras manifestaciones, podían decir que Dios estaba con ellos, por afuera todo bien ¿y por dentro?

Todos estuvieron— La palabra “todos” se repite cinco veces en la enumeración de los cinco favores que Dios impartió a Israel (vv. 1-4). En contraste con el término “todos” está el término “los más de ellos” del v. 5. Todos ellos tuvieron grandes privilegios, pero muchos de ellos fueron desechados a causa de la codicia. Aquí continúa Pablo al raciocinio del cap. 9:24: “Los que corren en el estadio, todos corren, mas uno lleva el premio.”

El apóstol expone ante los corintios el ejemplo de la nación judía que por milagro cruzó el Mar Rojo, se alimentaron del maná que bajó del cielo. Aparentemente cumplían con todo lo externo, participaban en todas las ceremonias, ante los ojos de los demás eran hombres aprobados. El record de asistencia a la iglesia, las manifestaciones externas no aseguran nada…

Sin embargo, la mayoría de ellos no agradaron a Dios, y sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto.

1 Corintios 10:5 (NVI)
Y tú ¿Agradas a Dios?

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