lunes, 28 de febrero de 2011

Aunque la higuera no florezca...

Cuando una persona se convierte, la primera temporada que experimenta es la mejor del mundo: La tan bonita luna de miel! Es como cuando vienes del campamento y prometes nunca más hacer las cosas a las que estabas acostumbrado y que hacían daño a tu comunión con Dios. Sin embargo, con el paso de los meses y años vas entrando de nuevo en ese mundo que ni tu mismo te esforzaste en evitar. Vienen las angustias, y con ello, Satanás se manifiesta alegrándose en tu desdicha. Que te queda? Quejarte? Llorar y maldecir el momento en que le diste cabida al enemigo? Deprimirte? En lugar de todo ello deberíamos recordar que SIEMPRE, sin importar lo que suceda, debemos gozarnos en Jehová por que Él es nuestra fortaleza.


Muy a pesar de haber nacido en un hogar donde se me crió conforme al temor a Jehová, mi adolescencia estuvo marcada por el orgullo en la perfección. Me creía una chica sin queja por parte de la iglesia sin darme cuenta que era nada más que una farisea; capaz de apuntar a los demás sin hacer una introspección espiritual. Después de que me convertí (hace unos cuantos años atras) todo esto cambió dramáticamente para convertirse en una depresión profunda. El enemigo no iba a dejarme en paz tan fácilmente y se preocupaba mucho por recordarme mis puntos débiles y motivos de preocupación. Uno de ellos: mi familia.

Mi sobrina es mi adoración y realmente pondría las manos al fuego por ella. Si pudiese ahorrarle las penas, lo haría sin pensarlo. Pero hay cosas que uno debe experimentar solo para poder aprender de manera más efectiva. Con eso empezó todo. Mi carga laboral fue incrementando, llenándome de tensión por doquier y si a eso le sumamos el hecho de que mi mejor amia estaba ocupada también por su trabajo, no podíamos hablar y mi mamá estaba de viaje. Me sentía tan sola por no tener a nadie con quien compartir las cosas de la vida. Anhelaba tanto llegar a casa y que por lo menos mi gato me recibiera a la puerta para darme la bienvenida. Pero ni siquiera ella estaba ahí.
Una vez en casa sola, sin nadie a quien contarle lo que me sucedía, me puse a llorar de una manera incontrolable mandándole un mensaje de texto a uno de mis amigos. Pensé que por ser seminarista algo bueno tendría que aconsejarme y realmente lo hizo. Me llamó en ese instante y me recordó lo importante que era el Salmo 121 en mi vida. Y justo me recito al teléfono este pasaje que escuché el Domingo por la noche en la iglesia. “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada; Y no haya vacas en los corales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová es el señor de mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar” Hab. 3:17-19

Por qué deprimirme entonces? No resulta eso algo sacado de contexto cuando leemos lo que Dios nos dice en su palabra? No es maravilloso nuestro Dios? Nosotros, rehusamos a mirarlo la gran mayoría de veces, pero Él, sigue ahí esperando pacientemente. A veces nos deja que lleguemos al límite para que demos vuelta en dirección suya y le prestemos atención. Pone en nuestro camino a personas que puedan levantarnos cuando estemos caídos. Dándonos fuerzas para seguir firmes en aquel que nos es fiel! Aun siguen algunos miedos en mi corazón pero estoy segura de que Cristo los hará disipar con el paso del tiempo y la mayor comunicación con Él. Mientras tanto, puedo estar segura de que contaré con amigos que siempre me harán sentir de nuevo como en familia. La familia que pensé nunca tendría y había perdido sin darme cuenta. En realidad, nada estaba perdido. Todo tiene solución y el Señor nos puede dar la fuerza. “Alzaré mis ojos a los montes. De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha. JEHOVÁ TE GUARDARÁ DE TODO MAL; EL GUARDARÁ TU ALMA” Salmo 121:1-2, 5, 7. Gracias a Dios por mis amigos y por mi familia! La natural y la en Cristo! Te amo mi Señor! Gracias por estar ahì!


1 comentario:

Noemi dijo...

Bendiciones desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

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