Del 29 de Junio al 06 de Julio
Ahora mis travesías se trasladaron a Pacasmayo. Aunque más que travesías las llamaría experiencias muy edificantes. Como debo ser breve hablaré de lo que más me impactó en esta mi última semana con aquel grupo que me enseñó tantas cosas:
* Mientras íbamos camino a Pacasmayo uno de los muchachos del grupo se enfermó. Resulta que tras pasar una tarde en el campo casi muere porque era alérgico al campo y nadie lo sabía. Tuvieron que llevarlo al hospital pero mientras tanto, todo el grupo se unió para hacer una ronda de oración. Eso es lo que más resalto de ellos “su unidad en la adversidad”. Ese hecho de poner ante Dios todas tus peticiones y dejar que él y tan sólo él tome el control de la situación y haga todo conforme a su voluntad.
* “I’m my Father’s favorite child” (“Soy la hija favorita de mi Padre Celestial”). Eso fue lo que aprendí aquel mismo día en que las chicas del grupo me invitaron a una charla mientras yo esperaba la mejoría del muchacho enfermo ya trasladado a Pacasmayo. El tema principal fue “Soy hecha a imagen y semejanza de Dios, lo último de la creación como para cerrar con broche de oro”. No lo digo como para subir mi autoestima solo que me sorprendió que una chica que tan solo de 18 años me enseñe tanto. No cabe la menor duda de que uno nunca deja de aprender. Todas las chicas compartieron sus experiencias y desde luego también lo hice yo. Aprendimos que mi cuerpo es el templo del espíritu santo y debo amarlo totalmente. “Porque he aquí tu eres hermosa, amiga mía; he aquí que tu eres hermosa” Cantares 4:1 “Cuán hermosos son tus pies en las sandalias. Oh hija de príncipe” Cantare 7:1 Ya lo ven! Somos lo máximo tal como somos, algo muy difícil de entender para mí hasta aquel entonces (claro que la ayuda de Tito en el momento de comer postres fue útil - es sólo una broma)
* “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón” Salmo 37:4 Nuestra petición en toda esta semana fue poder ser instrumentos de Dios para así ganar mas almas para él. Una muestra de ello fue la Sra. Martha en Guadalupe. Ella, después de aceptar a Cristo en su corazón, no pudo contener su emoción y fue a traer a su papá y a su mejor amiga para que todos juntos compartan el mismo amor que nuestro Señor Jesucristo tiene para nosotros. Fue algo maravilloso! Porque es eso lo que espera el Señor de nosotros “que seamos buenos obreros y comunicadores de su amor”. Imagínense, si Dios hace cosas asombrosas por medio de personas que no son creyentes (a ver si de una vez por todas reconocen su poder) cuánto más podría hacer por medio de los que ya confían en su palabra y creen en su nombre “Porque en él se alegrará nuestro corazón. Porque en su santo nombre hemos confiado” Salmos 33:21
Lo único que me queda por decir es gracias Señor por haber puesto en mi camino a personas que me enseñaron muchas cosas. Ya que no solo me ayudaron espiritualmente sino también psicológica y emocionalmente. Jamás pensé que eso sucedería precisamente en uno de mis viajes. Lo que pasó fue que no comprendí hasta ese instante que todo lo que me rodea debe alabar a mi Señor (incluso mi cuerpo) Por fin Cristo me enseñó “Que no debo temer ni desmayar porque el siempre va a estar ahí para esforzarme”. Por eso y mas le daré siempre la gloria y la honra!
Ahora mis travesías se trasladaron a Pacasmayo. Aunque más que travesías las llamaría experiencias muy edificantes. Como debo ser breve hablaré de lo que más me impactó en esta mi última semana con aquel grupo que me enseñó tantas cosas:
* Mientras íbamos camino a Pacasmayo uno de los muchachos del grupo se enfermó. Resulta que tras pasar una tarde en el campo casi muere porque era alérgico al campo y nadie lo sabía. Tuvieron que llevarlo al hospital pero mientras tanto, todo el grupo se unió para hacer una ronda de oración. Eso es lo que más resalto de ellos “su unidad en la adversidad”. Ese hecho de poner ante Dios todas tus peticiones y dejar que él y tan sólo él tome el control de la situación y haga todo conforme a su voluntad.
* “I’m my Father’s favorite child” (“Soy la hija favorita de mi Padre Celestial”). Eso fue lo que aprendí aquel mismo día en que las chicas del grupo me invitaron a una charla mientras yo esperaba la mejoría del muchacho enfermo ya trasladado a Pacasmayo. El tema principal fue “Soy hecha a imagen y semejanza de Dios, lo último de la creación como para cerrar con broche de oro”. No lo digo como para subir mi autoestima solo que me sorprendió que una chica que tan solo de 18 años me enseñe tanto. No cabe la menor duda de que uno nunca deja de aprender. Todas las chicas compartieron sus experiencias y desde luego también lo hice yo. Aprendimos que mi cuerpo es el templo del espíritu santo y debo amarlo totalmente. “Porque he aquí tu eres hermosa, amiga mía; he aquí que tu eres hermosa” Cantares 4:1 “Cuán hermosos son tus pies en las sandalias. Oh hija de príncipe” Cantare 7:1 Ya lo ven! Somos lo máximo tal como somos, algo muy difícil de entender para mí hasta aquel entonces (claro que la ayuda de Tito en el momento de comer postres fue útil - es sólo una broma)
* “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón” Salmo 37:4 Nuestra petición en toda esta semana fue poder ser instrumentos de Dios para así ganar mas almas para él. Una muestra de ello fue la Sra. Martha en Guadalupe. Ella, después de aceptar a Cristo en su corazón, no pudo contener su emoción y fue a traer a su papá y a su mejor amiga para que todos juntos compartan el mismo amor que nuestro Señor Jesucristo tiene para nosotros. Fue algo maravilloso! Porque es eso lo que espera el Señor de nosotros “que seamos buenos obreros y comunicadores de su amor”. Imagínense, si Dios hace cosas asombrosas por medio de personas que no son creyentes (a ver si de una vez por todas reconocen su poder) cuánto más podría hacer por medio de los que ya confían en su palabra y creen en su nombre “Porque en él se alegrará nuestro corazón. Porque en su santo nombre hemos confiado” Salmos 33:21
Lo único que me queda por decir es gracias Señor por haber puesto en mi camino a personas que me enseñaron muchas cosas. Ya que no solo me ayudaron espiritualmente sino también psicológica y emocionalmente. Jamás pensé que eso sucedería precisamente en uno de mis viajes. Lo que pasó fue que no comprendí hasta ese instante que todo lo que me rodea debe alabar a mi Señor (incluso mi cuerpo) Por fin Cristo me enseñó “Que no debo temer ni desmayar porque el siempre va a estar ahí para esforzarme”. Por eso y mas le daré siempre la gloria y la honra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario