viernes, 19 de octubre de 2007

CÓMO LEÓN RUGIENTE… (1 Pedro 5:8)…O ¿TALVÉS LOBO?



¿Alguna vez han analizado a cabalidad el cuento de la Caperucita Roja? Tal situación en la que el lobo se acerca a la niña “inocente” y le pregunta ¿Dónde vas? Y ella responde: ¡A la casa de mi abuelita! Pues a pesar que su mamá le dijo que no hablara con extraños, ella lo hizo. Además, en el momento de estar el lobo disfrazado, ¿Cómo es posible que Caperucita no se de cuenta que la abuelita es el lobo con el que estuvo hablando horas antes? Y sobre todo, que comience a preguntar sobre las orejas, ojos y “se mete en la boca del lobo” preguntando hasta por su boca tan diferente.

Dejémonos pues de tonterías y afirmemos que aquella niña sabía perfectamente lo que hacía y con quién hablaba. Aunque inconscientemente ella no quería ser comida por el lobo. Sin embargo, “sin querer queriendo” le da todas las pistas para que la encuentre y la coma. Se podría decir entonces, que sin quererlo estaba coqueteando con el lobo. Como este tema no es sólo para chicas, me atrevo a preguntarles a todos : ¿Alguna vez se han comportado como Caperucita? Ya que el lobo (Satanás) siempre va a estar rondándonos y disfrazándose de lo más sublime y codiciado para hacernos caer. “…porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).

Ahora, hay personas que lo hacen inconsciente y otras muy cuerdas de lo que hacen. Pero en ambos casos ellas se equivocaron y ya no quieren ser comidas por el lobo. ¿Cómo salir de todo esto? JESUCRISTO. Hagamos que él sea nuestro único motor, por medio del cual rechazamos toda tentación por más fuerte que sea.

Recordemos esto: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón. Porque de él mana la vida” (Prov. 4:23). ¿En que caso te encuentras tú?...

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