jueves, 8 de noviembre de 2007

“PORQUE DIOS ES EL QUE EN VOSOTROS PRODUCE ASÍ EL QUERER COMO EL HACER…” (Fil. 2:13)



No ceso de darle gracias a Dios por la oportunidad que me dio, y no sólo a mí sino también a los demás jóvenes de la iglesia, de ir a San Pedro de LLoc el fin de semana pasado.

Todo fue tan maravilloso y pude darme cuenta de que el Señor sobrepasó nuestras expectativas. Todos habíamos planeado cada una de las posibilidades como la de no tener personas en la iglesia o algo así. Sin embargo, nuestro plan B ni siquiera fue necesario porque Dios supo tocar los corazones de aquellas personas y hasta los nuestros, reafirmando nuestro llamado a servirle.

No puedo decir mucho acerca de los sermones y doy gracias por ello (no porque tal situación represente una carga para mi) ya que tuve el gran privilegio de servir al Señor en las escuelas bíblicas para niños. ¡Gracias al Señor! Pues por primera vez en mi vida entera a medida que cantaba con los niños, hacíamos manualidades, contábamos las historias yo podía ver reflejado el amor de Dios en todas nuestras actividades. Por primera vez yo ya no traducía más una escuela bíblica sino más bien la planeaba y llevaba a cabo.

Este viaje pudo darme el gozo de conocer a Verónica, una joven muy temerosa de Dios y dispuesta siempre a servirle en lo que haga falta y pueda ser útil. Tal situación también me permitió observar a los jóvenes de la iglesia como un equipo dedicado en exclusividad al Señor. Antes de ir a San Pedro tenía mis dudas con respecto a los chicos y nuestras deficiencias para comunicarnos. Hasta tenía miedo por algunas leyendas que contaron acerca del lugar donde dormíamos. Sin embargo, todos nosotros pudimos experimentar el amor de Dios en cada una de las cosas que hicimos esos tres días y gozamos de su protección porque nada nos pasó.

Todo fue de maravilla! ¡Es exactamente eso lo que Dios requiere de nosotros! El produce el querer en nuestro corazón y nos da las facilidades para lograrlo. De alguna u otra forma todos actuamos como un solo cuerpo en Cristo cumpliendo así lo que él demanda de nosotros. El cumplimiento de su voluntad y el compartir de su amor con los demás. Es por eso que nos dio dones. Para que en situaciones como estás, podamos todos servirle en un área determinada ya que todo es sólo para su gloria y honra. ¡Gracias Padre por habernos llamado a ser hijos tuyos! ¡Pon siempre en nuestro corazón el querer como el hacer!










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