Devocional: Marcos 5:4
"Todos los hombres son libres y esclavos al mismo tiempo. Esto es parte de la limitación del simple hecho de ser humano; pero tenemos la oportunidad de escoger a quién hemos de servir."
Muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, pero las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y desmenuzados los grillos. Nadie lo podía dominar.
Del hombre del espíritu impuro se dice que nadie lo podía dominar. Las cadenas más fuertes eran rotas, y los intentos por retornarlo a la sociedad se veían frustrados, por lo que, abandonado del mundo, vivía entre los sepulcros desnudo y, paradójicamente, esclavizado.Marcos 5:4
La historia del endemoniado gadareno es una historia de contradicciones aparentes, de paradojas que revelan verdades profundas y urgentes: el hombre que nadie podía dominar estaba dominado por los demonios que habitaban en su interior.
Como este hombre hay muchísimos hoy en día. No se sujetan a nadie. Habitan los sepulcros de sus propios vicios y pasiones, y mientras proclaman su pretendida libertad revelan que son esclavos de su propia perversión.
Al final de la historia el mismo hombre, liberado del poder del mal, está listo para sujetarse a Cristo. Los cristianos conocemos esa sensación. Incluso cuando pecamos nuestro anhelo más ferviente es poder sujetarnos en obediencia de Cristo, porque sujetándonos a él es que somos libres del mundo, y liberándonos de él es que nos hacemos esclavos del mundo.
Todos los hombres son libres y esclavos al mismo tiempo. Esto es parte de la limitación del simple hecho de ser humano; pero tenemos la oportunidad de escoger a quién hemos de servir. Si servimos a la vida, ciertamente viviremos; pero si servimos a la muerte, ese será nuestro final:
En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de élfueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres (…) Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de graciay de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre.Juan 1:1-4, 14
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