Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal. Lo despertaron y le dijeron:--¡Maestro!, ¿no tienes cuidado que perecemos?
Marcos 4:38
Un hombre duerme en una barca mientras la tormenta amenaza con hundirla. Hay una sensación de dejavu. Hemos visto una historia semejante. Se trataba de alguien que huía de la voluntad de Dios. Así que ante la inminencia del castigo fue arrojado al mar y tragado por un pez, y al tercer día fue arrojado nuevamente a tierra.
En esta historia también el hombre duerme, sin embargo el quiere cumplir la voluntad de Dios. Ante la gravedad de la situación ordena que la tempestad cese. El lugar de ser tragado por un pez contra su voluntad, de modo voluntario ofrecería su vida y estaría tres días en un sepulcro. Al tercer día sería resucitado para reinar sobre todo.
Las dos historias son a la vez similares y opuestas. En una vemos la debilidad de la carne pecaminosa, en la otra vemos el poder del hijo del Dios viviente. En la historia de Jonás nos vemos a nosotros mismos huyendo de la voluntad de Dios, en la historia de Jesús vemos a nuestro Señor viniendo para cumplirla, y en ambas la justa administración de la gracia y la amorosa administración de la justicia de Dios.
Jonás y Jesús, pecado y redención, desobediencia y cumplimiento, los dos puntos de tensión sobre los que se desarrolla la historia de la humanidad.
Fuente de Imagen:egrupos
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