jueves, 30 de abril de 2009

El Principio de la Pobreza


"El respondió: Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; por eso me escondí."
Génesis 3:10


Absolutamente nada había cambiado sobre la situación financiera de Adán. El mismo traje, el mismo trabajo, la misma esposa y el mismo círculo social giraban en torno a él. En el capítulo 2 del Génesis aun no tenía auto, ni zapatos de piel de anguila ni una casa en la ciudad y un departamento con vista al mar.

Si se había realizado un cambio en Adán, este cambio se situaba dentro de él:

Si antes había sido un hombre satisfecho ahora se sentía desnudo e incapaz de estar frente a Dios y si antes decía que su esposa era carne de su carne (2:23) ahora culpaba a Dios por haberla recibido (3:12).

¿Qué había pasado con Adán?

El pecado había distorsionado su constitución moral, a partir de ese momento Adán sería pobre, y con él todos los demás. Sin importar lo que se pueda acumular, en la raza humana siempre ha estado esa sensación de desnudez o vacío que alimenta la búsqueda infructuosa de aquello que puede devolverle la significación perdida.


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