martes, 3 de mayo de 2011

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas” 1Pedro 2:21



Antes de entrar a clase, por la tarde, recibí una llamada por parte de uno de mis grandes mentores, amigos y hermanos en la fe. Me invitaba a una graduación de la que yo iba a ser parte. Y vaya! recién me enteraba! Pues para variar, estaba tan inmiscuida en mi trabajo que arduamente hacia caso a cualquier otra cosa que proviniese de fuera. Sin embargo, estando ahí, en plena ceremonia, pude ver que el Señor aun no ha acabado conmigo y que desea que direccione mis pisadas.
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