jueves, 20 de noviembre de 2008

DE MODO QUE SI ALGUNO ESTA EN CRISTO NUEVA CRIATURA ES, LAS COSAS VIEJAS PASARON HE AQUI TODAS SON HECHAS NUEVAS (2cor. 5:17)



Ya se acerca el fin de año. Muchas promesas y retrospecciones son hechas. Algunas personas se arrepienten y prometen ser mejores. Otras, simplemente piensan seguir adelante. Algo asi pasa con la vida cristiana. A medida que va pasando el tiempo, uno no puede quedarse igual, tiene que ir creciendo poco a poco. Luego, cuando te das cuenta y miras atrás, puedes ver la gran diferencia entre el tú de ahora y lo que solías ser hace uno o dos años atrás. ¿No te ha sucedido? Mi analisis comenzó anoche y miren lo que encontré:


Como ya todos saben di mi examen de grado en la universidad, el cual aprobé gracias a Dios. Hubiese querido que las cosas quedaran ahí pero no, todo siguió el curso que algunos profesores quisieron: "LA CELEBRACIÓN". Para mí eso no era problema siempre y cuando salgamos en grupo, profesores y alumnos, todos unidos por la misma alegría. Pero, ¿Que hay cuando las circunstancias cambian repentinemente sin planearlo uno?

Uno de mis profesores preferidos y alguien que me ayudó mucho con mi clase modelo quería celebrar conmigo un día. Yo le dije que accedía siempre y cuando lleve a otra persona. Le dije que no era bueno que los dos vayamos solos, lo cual aceptó. Quedé pues con un amigo más para ir a comer algo ayer por la noche (escogí a este muchacho porque dimos nuestro examen de grado el mismo día). Ambos iríamos a la casa del profesor y luego veríamos nuestro destino. Un sitio tranquilo de Miercoles por la noche en donde podamos conversar y comer algo sin molestias ni apuros (pues tuve muchas cosas que hacer estas dos últimas semanas).

En fin, la hora llegó y yo me encontré en el sitio pactado pero mi compañero jamás llegó. Sin embargo, el que no faltó fue: "MI QUERIDO PROFESOR". Yo horrorizada en extremo y super furiosa con mi amigo por no haber llegado, ya no quería salir sola con el profesor. Pero el insistió tanto que yo escogí un lugar cerca a mi casa y con mucha gente.

Al principio tenía miedo porque pensé que algo podía pasarme. Pero a los pocos minutos el que tuvo miedo fue mi profesor. Pues como lo dijeron sus palabras: "JAMÁS SE HABÍA ENCONTRADO CON UNA PERSONA CON TAL AMOR A DIOS A TAN CORTA EDAD". Pues sí, aunque no lo crean, una chica de 23 años le presentó el mensaje de salvación a su profesor de más de 50.

Comenzamos orando antes de comer (obviamente yo dirigí la oración). A medida que fueron pasando los minutos todo lo que conversabamos terminaba en el amor que Dios tiene por las personas. Él no sabía que hacer y pensó que me desanimaría al decirme que era fiel devoto de la Virgen de La Puerta. Lo único que yo respondí fue: "JUAN 14:6". sarcásticamente preguntó - "Es esa tu dirección?" - haha respondí yo. Ese,es un pasaje de la biblia que responde a su devoción por la Virgen. Le recité el pasaje y le hice una serie de preguntas que al final pensó que yo había planeado todo con el fin de evangelizarlo. Eso no era cierto y se lo expliqué pero poco a poco el Señor me iba dando las palabras adecuadas para ponerlo en situaciones de enfrentamiento con su pecado. Fue una gran oportunidad!

Ya de vuelta en casa, le conté todo lo sucedido a mamá y juntas oramos dando gracias a Dios por su compañía incondicional aquella noche. En ese instante me puse a pensar en como era yo hace un año y la que ahora soy. Hay una gran diferencia y finalmente lo comprobé! El año pasado no me hubiese atrevido a hablarle tan deliberadamente a un profesor de Dios. Con amigos es mucho mas sencillo pero, con catedráticos que niegan muchas cosas y son Católicos hasta el hueso, jamás!

Mi profesor no hizo una profesión de fé pero estoy segura que de vuelta en casa cogería su Biblia para leer lo que Juan 14:6 dice con exactitud y no sólo eso, sino todo el Capítulo para entender mejor la historia. La historia de un Padre amoroso que no acepta intermediarios para llegar a él. Nosotros como creyentes en Cristo debemos anhelar un cambio a medida que pasa el tiempo. Un cambio para bien que nos ayude a identificarnos más y más con nuestro Señor Jesucristo. Un cambio que nos ayude a predicarlo a todos sin excepción! GRACIAS SEÑOR PORQUE TÚ ERES ESE GRAN CAMBIO!




SOMOS EL FUTURO


La semana pasada estuve muy abrumada ya que iba a dar mi examen de grado en la universidad. Mis nervios habían llegado a tal punto que no dormía bien ni me concentraba en mis devocionales. Estaba “fuera de orbita” el miércoles en la noche llegué a casa luego de trabajar y mamá me mostró algo que había encontrado mientras limpiaba: “mi Corario del campamento del año 1998”, cuyo título era “Yo soy el futuro”. Esto, me hizo meditar en sobre manera y empalmó con algo que sucedió este fin de semana. No lo puedo callar ahora!

Se imaginan encontrar algo que fue suyo después de diez años. Ahí puedes encontrar todas tus promesas, cosas que tal vez tu has olvidado pero el Señor jamás. Algunas que te dan risa y otras, promesas que te provocan una sonrisa, pero no por ser graciosas sino por ser los destellos de algo grandioso que el Señor tuvo guardado todo el tiempo para ti y que en ese entonces no veías. Ahora todo era tan claro!

“Ser el futuro”. Después de haber divagado en mi adolescencia, el Señor poco a poco fue trayéndome a sus brazos. Cuando desperté ya diez años habían pasado, mi realidad era otra y las pruebas que tenía, formaban mi carácter cada vez más. Es en estas pruebas, sólo me queda admitir que nada puedo hacer por mérito propio. Si Dios no lo desea, simplemente no sucederá pero, ¿Qué hay con las cosas que jamás imaginaste?. Aquellos retos que están frente a tu nariz y no quieres ver. Aquellos que implican responsabilidad al máximo y valentía. Sólo pensar en ello te escarapela el cuerpo!

Sin embargo, como lo Dice Hebreos 12:2 debemos “Poner nuestros ojos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe”. Debemos renunciar a todas nuestras ataduras y asumir nuestros objetivos y metas. Si dormimos, en un solo instante el Enemigo nos aniquilará. Para que ello no suceda, el Señor nos envió mentores. Personas que al principio ni se imaginaban que sus vidas y las nuestras se iban a entrelazar en un punto, fijándonos finalmente, en una sola cosa: “El amor a Jesucristo”. Lo único que hacen estas personas es brindarnos lo necesario para que más adelante sigamos solos. Como a las aves cuando recién están aprendiendo a volar, mamá les enseña como hacerlo. Al principio caen y les duele pero luego, después de tantos intentos volarán fastuosamente por su propia cuenta. Estos mentores hacen lo mismo con nosotros y se hacen tan queridos. A punta de peleas y risas. Regaños y nostalgias, se vuelven algo más que nuestra familia: “Nuestros hermanos en Cristo”. Ya que con su testimonio nos supieron decir que “Prosigamos a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Fil. 3:14). Tribulaciones vendrán, Satanás tratará de separar a estas personas de nuestro lado para hacernos caer. Dependerá de nosotros y de la ayuda de nuestro Señor Jesucristo para poder enfrentar todo lo que se viene. Pero eso sí, si tenemos una base bien fundamentada en Cristo. Nada nos hará caer!

A mis dos hermanos en la fe solo quiero decirles que nadie que fuese en pos de Cristo, estuvo toda su vida en comodidad sin padecer persecución. Gracias a Dios los tenemos y siempre será así. Gracias por ser nuestra familia. Los amamos en el Señor Sofía y Pavel Jáuregui. Sólo quiero decirles que no se preocupen porque: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que á juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Cor. 10:13)


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