¿Cómo están? … ustedes sabes, un montón de cosas han pasado desde que los vi la última vez. He estado pasando por muchas dificultades y pienso que Satanás estuvo tratando de probar mi fe. Por favor, oren por mí mucho porque lo necesito tanto. No tengo dudas acerca del asombroso poder de Dios pero hay momentos en que me siento como el Job de la Biblia. Solitaria en un lugar y sin esperanzas en los demás. En fin, lo peor ha pasado y sé que El me ha enviado pero aun así todavía hay algo que no me hace sentir tan bien acerca de la obra misionera. Mi corazón está en el trabajo misionero y en las traducciones para poder compartir el amor de Dios con aquellos que no lo conocen.
Por primera vez en mi vida conseguí un trabajo por más de dos meses y asumí responsabilidades en casa que me indicaban que estaba madurando. Acepté el desafío y estuve orando tan duro al Señor que me diera esto dos meses fuera del trabajo para que pueda ir en un viaje misionero. Renuncié a todo lo que tenía para tener dos meses solamente para El, pero Dios, tan sabio como siempre, quería asegurar que yo permaneciera en lo que había prometido aun cuando los tiempos difíciles llegaren.
No me di cuenta de nada hasta hace dos semanas cuando fui a un viaje misionero al sur de Lima. El grupo y yo, ni Tito ni Marco estarían allí esta vez. Esta era la única oportunidad de provar a los demás que yo no era inútil por ser una chica. Como la mayoría de los peruanos machistas piensan. Satanás trajo un sin fin de malentendidos entre el grupo una y otra vez, terminando con la pérdida de los pasaportes y todo nuestro dinero. No teníamos dinero siquiera para comer. Estábamos perdidos en un lugar desconocido sin dinero, sin comida y sin pasaportes. Finalmente, la misericordia de Dios estuvo sobre nosotros y solucionó nuestras necesidades como solo El puede hacer. Terminamos nuestro viaje victoriosos pero tan pronto como emprendí el siguiente viaje misionero comenzamos a sentir más obstáculos de Satanás. Ellos decidieron no tomarme mucho en cuenta debido a mi “mala suerte”, siempre estaban bromeando sobre esto, Lo cual me lastimaba realmente pero mi única esperanza es que Dios sabe que pasó realmente allí y que aun mi fe en El es lo suficientemente fuerte y si tengo la oportunidad de hacer otro viaje misionero como líder, lo haría de nuevo aunque tuviera que pagar tanto como lo que me ha costado ya. No estoy triste por haber dejado un trabajo seguro y mi hogar para hacer lo que Dios me ha mandado. Lo haría una y otra vez si fuera posible. Es por eso que necesito sus oraciones porque voy a enfrentar los últimos obstáculos pero estoy segura que con Dios a mi lado los superaré.
Bueno, debo irme ahora, por favor cuídense y que Dios los bendiga … los extraño y los amo muchísimo.
En Cristo,
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Iglesia Bautista
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