viernes, 16 de noviembre de 2007

EL CUIDADO ÚNICO DE DIOS






El que no tenga preocupaciones ¡que levante la mano!

Cuando éramos niños como que todo era más fácil, no teníamos tantas preocupaciones. ¿Por qué a medida que crecemos todo se empieza a poner "más difícil"?

Es parte del crecimiento. Crecer lleva consigo dificultades y problemas, por eso nos preocupamos.

Pero, ¿ganamos algo al preocuparnos? No, simplemente angustiarnos más.

Por eso "Jesús les dijo a sus discípulos:
-No se preocupen. Confíen en Dios y confíen también en mí"
. Juan 14:1 (Biblia en Lenguaje Sencillo)

Hoy Jesús te dice:



"No vivas preocupado pensando qué vas a comer, qué vas a beber o qué ropa te vas a poner. ¿Acaso la vida consiste sólo en comer? ¿Acaso el cuerpo sólo sirve para que lo vistan?

Mira los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¿Acaso no eres tú más importante que ellos?

¿Crees que por preocuparte vivirás un día más?

Aprende de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, te aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas.
Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ti? ¡Veo que todavía no has aprendido a confiar en Dios! Ya no te preocupes preguntando qué vas a comer, qué vas a beber o qué ropa te vas a poner.

Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Tú no te desesperes por esas cosas. Tu Padre que está en el cielo sabe que las necesitas. Lo más importante es que reconozcas a Dios como único rey, y que hagas lo que él te pide. Todo lo demás, él te lo dará a su tiempo. Así que no te preocupes por lo que pasará mañana. Ya tendrás tiempo para eso. Recuerda que ya tenemos bastante con los problemas de cada día".


Mateo 6:25-34



Así que, pon tus preocupaciones en las manos de Dios, pues él tiene cuidado de ti. 1 Pedro 5:7


Hugo Zamora






domingo, 11 de noviembre de 2007

“CADA UNO SEGÚN EL DON QUE HA RECIBIDO MINISTRELO A LOS OTROS…” (1 Ped. 4:10)




Ésta es una verdad irrefutable pues no cabe la menor duda que el Señor forma equipos perfectos para su gloria. Siempre pone en unos lo que le falta a otros para así ser todos un mejor cuerpo en Cristo y podamos servirle mejor cada día.

Me di cuenta de esto justo ayer por la tarde, mientras estaba haciendo un pequeño estudio con una amiga. Yo estaba muy nerviosa porque horas después tenía que hacer una presentación en Power Point. Uno de mis amigos me decía: “Julie, los nervios nunca se van sólo debes acostumbrarte a ellos”. Bueno ya al final del estudio vi 1 Ped. 4:10 y le di toda la razón, claro que horas después.

“…Terminó tu presentación y todo salió bien. No se te notaron los nervios. Aunque tu digas que no te gusta esto, tienes un gran don…” Fue exactamente aquello lo que me hizo pensar que tiene razón. Dios planeó todo de antemano: El Cultural, la pre, la UNT para estudiar Idiomas, todo. Es ahora que me doy cuenta que poco a poco él me preparó para este momento, para servirle mejor y es lo que amo hacer: Comunicarme con las personas, conversar y tratar de transmitirles algo.

Cuando era adolescente odiaba a los niños y miren ahora mi vida: “Soy profesora de inglés en un jardín y apoyo en escuelas bíblicas.” En otras palabras, vivo rodeada de niños y los aprecio mucho. Pues este tipo de servicio me ha permitido trabajar mi paciencia y aprender más para la gloria del Señor. Pues ahora que ya termino mi carrera lo que más quiero es retribuirle a Cristo todo lo maravilloso que ha sido conmigo por medio del servicio a él. Sé que él me lo dará porque es el único capaz de “conceder las peticiones de tu corazón”.

No pretendo en este día ponerme de ejemplo para nadie (aunque bíblicamente no habría nada de malo en ello) sólo quiero que mediten en algo: ¿Están usando algunos de sus dones para el Señor? Reflexionen en ello y hallarán su respuesta.








Imagen: paho.org

viernes, 9 de noviembre de 2007

Lo que Dios te pide...

"Ahora, pues, Israel, ¿qué pide de ti Jehová, tu Dios, sino que temas a Jehová, tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehová, tu Diosm con todo tu corazón y con toda tu alma, que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tenas prosperidad?"

Deuteronomio 10:12




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jueves, 8 de noviembre de 2007

“PORQUE DIOS ES EL QUE EN VOSOTROS PRODUCE ASÍ EL QUERER COMO EL HACER…” (Fil. 2:13)



No ceso de darle gracias a Dios por la oportunidad que me dio, y no sólo a mí sino también a los demás jóvenes de la iglesia, de ir a San Pedro de LLoc el fin de semana pasado.

Todo fue tan maravilloso y pude darme cuenta de que el Señor sobrepasó nuestras expectativas. Todos habíamos planeado cada una de las posibilidades como la de no tener personas en la iglesia o algo así. Sin embargo, nuestro plan B ni siquiera fue necesario porque Dios supo tocar los corazones de aquellas personas y hasta los nuestros, reafirmando nuestro llamado a servirle.

No puedo decir mucho acerca de los sermones y doy gracias por ello (no porque tal situación represente una carga para mi) ya que tuve el gran privilegio de servir al Señor en las escuelas bíblicas para niños. ¡Gracias al Señor! Pues por primera vez en mi vida entera a medida que cantaba con los niños, hacíamos manualidades, contábamos las historias yo podía ver reflejado el amor de Dios en todas nuestras actividades. Por primera vez yo ya no traducía más una escuela bíblica sino más bien la planeaba y llevaba a cabo.

Este viaje pudo darme el gozo de conocer a Verónica, una joven muy temerosa de Dios y dispuesta siempre a servirle en lo que haga falta y pueda ser útil. Tal situación también me permitió observar a los jóvenes de la iglesia como un equipo dedicado en exclusividad al Señor. Antes de ir a San Pedro tenía mis dudas con respecto a los chicos y nuestras deficiencias para comunicarnos. Hasta tenía miedo por algunas leyendas que contaron acerca del lugar donde dormíamos. Sin embargo, todos nosotros pudimos experimentar el amor de Dios en cada una de las cosas que hicimos esos tres días y gozamos de su protección porque nada nos pasó.

Todo fue de maravilla! ¡Es exactamente eso lo que Dios requiere de nosotros! El produce el querer en nuestro corazón y nos da las facilidades para lograrlo. De alguna u otra forma todos actuamos como un solo cuerpo en Cristo cumpliendo así lo que él demanda de nosotros. El cumplimiento de su voluntad y el compartir de su amor con los demás. Es por eso que nos dio dones. Para que en situaciones como estás, podamos todos servirle en un área determinada ya que todo es sólo para su gloria y honra. ¡Gracias Padre por habernos llamado a ser hijos tuyos! ¡Pon siempre en nuestro corazón el querer como el hacer!










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lunes, 5 de noviembre de 2007

Volviendo al Hogar









La familia ha sido la que más ha sufrido con la modernidad. Los lazos se han vuelto más frágiles. El matrimonio es visto como una traba y es usado menos que antes. Las necesidades laborales hace que los padres tengan que separase buscando mejores oportunidades. Las exigencias laborales obligan a la gente a permanecer largas horas fuera del hogar, quebrándose la relación entre padres e hijos. Hay muchachos que comienzan a usar drogas sin que sus padres noten que hay problemas en ellos. Conocí a una familia cuya hija había dejado la universidad por dos años, sin que el papá lo sepa.

También está la cuestión de la fribolización de la vida. Una actitud egoísta en los miembros de la familia por la cual solamente piensan en su propia satisfacción. Padres e hijos buscando únicamente diversión para sí mismos, esposos que abandonan a sus esposas e hijos; hijos que detruyen su futuro o lo diluyen en alcohol. El resultado es que muchas familias han dejado de ser un lugar donde las personas encuentran amor. Hay jóvenes que prefieren abandonar sus casas y unirse a pandillas. Hay personas para quienes la peor parte del día es tener que volver a casa.

La cuestión es que la Biblia dice que Dios tiene una familia para nosotros. En Juan 14: 1-7, se puede leer:


1No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? 6Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto

Él Señor quiere que formemos parte de su familia. Dios desea ser nuestro verdadero padre. Esta es una buena noticia, siempre hemos pensado que el camino del cristiano implica un “ir” a un lugar nuevo, adoptar una forma de vida que es contraria a nuestra constitución; la verdad es que, en cierto sentido, el camino cristiano es más bien un “volver” a nuestro verdadero destino. El “arrepentimiento” por ejemplo es un volverse hacia Dios. Jesús lo ilustró con una parábola: El Hijo Pródigo.

Un cristiano, en realidad no está yendo, sino está volviendo a la casa de su Padre, un lugar donde Jesús ha preparado un lugar para él.







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